28 de agosto de 2008

ATODA_PIMIENTA


Si el viento es seco, para qué está. A veces nos sofoca en vez de darnos aliento, nos acorrala y en el medio del pecho nos hace un respirar más lento y cesante, eso pensaba mientras miraba por la ventana. Era un día en donde las moscas volaban bajo, un día donde se ponía en pos la típica escena de la hora de la siesta en un poblacho con la pelotita de ramitas pasando, un día de viento zonda, al fin y al cabo, un día. Apollaba las manos con los nudillos apretados sobre el mantel acuadrille rojo típicamente italiano y se miraba las uñas, haciendo juego con el esmalte rojo, casi sangraban de lo comidas que estaban. El pelo despeinado y atado al costado, un vestido verde loro y pequeños zapatos negros con agujeros que demostraban que una mujer, para ser mujer no tiene que tener nada más que ojos de mujer, boca de mujer, alma de mujer y agallas de mujer. El reloj marcaba las tres de la tarde y aunque hubiera seguido con la mirada perdida debía ponerse a trabajar para la cena de aquella y de todas las noches. Se levantó y ahora cortaba con el gran cuchillo el tomate en cuadraditos. -Ay, Amapola, Amapola, Amapola, siempre igual- se autorecriminaba. El ladrido del perro la hace mirar por el vidrio y ve a una mujer un tanto tosca y regordeta, de piel mate, uniceja . Y así como la mira baja la vanguardia para sacar las semillas de la fruta, pelarla y dejarla pura para la salsa. Y pensar que la noche anterior había sido una de llantos a la oscuridad, de una de esas noches en que nos odiamos a nosotros mismos, y como si fuera poco, una noche hecha y derecha de septiembre, una de esas noches que se prefieren olvidar, una noche, al fin combinada con óxido de azufre.

22 de agosto de 2008

Que no vas a volver, que te extrañaré y mi pena será mayor al dolor mismo y mis gritos, sollozos. Que ni un perro faldero será mi compañía; que al verme me lo echaré en cara y que el destino mismo me escupirá en la misma. Que seré, soy y fui una desgraciada y por ello pagaré. Terminaste de decirlo dando un respiro, a zancadas azotando la puerta. Te dejaste ir como un cuentagotas de formol, como el mismísimo augurio. Y sí, terminé desgraciada y mis huesos se cuelan y julio me llega y construyo tan lenta como rápidamente mi lecho, y aunque me hayas maltratado y yo te haya traicionado...
....................................................................mi dolor es tu dolor

11 de agosto de 2008

¿Qué es la soledad?
La compañía de dos seres dibujándose la realidad.

7 de agosto de 2008

¿es la negación el grito de salvación? las palabras, ¿serán bastas?, hoy a las doce ¿tendremos un final incierto? Me dirijí a palabras de un chalao para escribir, para retomar ¿retomar? ¿Es la literatura un medio de especulación para tirarse a la pileta respirando? ¿o será la caída de un pozo ciego al que me estoy refiriendo? No, no es "retomar", no es "volver a tomar" porque uno se cae a ese hueco y trata de salir, y escala y falla, y escala y vuelve, y escala y retoma. Pero en realidad no es retomar sino, reiterar. Hacer exactamente lo mismo una y otra y otra vez. Entonces esta escenucha propuesta por el autor se convierte en la mente en donde pide ser reiterada y reitera las voces y la música y las fotos y demases entonces, cada cosa, cada particularidad no estaría tan mal que el agujero negro se lo trague todo porque recordar, a veces, es para peor. Siempre me pareció interesante la hisotira de los elefantes, "vuelven al lugar donde nacieron para morir" y el pensamiento ¿no se habrá quedado en el inicio y me hace morir lentamente?

6 de agosto de 2008

estos de los necesitos no melo estoy BANCANDO

5 de agosto de 2008

Un problema:

que se iba gestando queme hablaba al oído y me confiaba su amor.
Todo comenzó con una viejo problema que nos disputamos, en realidad las cosas se fueron desobillando con un nudo enredado. Yo escuchaba los discos de "queen" e imitaba sus voces mientras me enteraba por un teléfono a lo superagenteochentayseis. Miraba mi espectáculo desde afuera y dormía plácidamente en los albergues de mi consigua mente. Era nada menos que la incrusijada naciente la que me gritaba y yo, ese dulsor espectacular y placentero que me hacía imposible disimular.

1 de agosto de 2008

Entre sábanas y algo más nos desencontrábamos para darnos cuenta de que era imposible nuestro punto igual. Yo caminaba por las calles toscas de la Av. Rivadavia, había frío y mis ojos grandes estaban lo suficientemente chiquitos. Y sin embargo, nadie le hizo caso a nada y la casualidad dio lugar al causalidad. Al fin nos vimos, aunque dijiste que querías buscarme lo más seguido y yo, sin darme cuenta, nunca dejaba encontrarme lléndome de aquí para alla. Nuevamente después del primer encuentro o ca sio n al nos volveríamos verp ero esta vez ,por mito nuestro. Entonces vos te ibas y yo me quedaba y nunca podíamos recrear el momento querido.

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Mis carnavales... (son canívales y amantes)