balconcitos siempre abierto, los ojos son el espejo

La conexión (a fin), y me pusé a pénsar acrayoladamente. Me miraba completa y netamente a mi, y viceversa y ninguna de las dos no importábamos. Mirabamos ,sin claridad, porque el aire es aire, el suelo, suelo y las circustancias... circusntancias. Los demás finijían v e r se y era obvio que era inútil todos dirijían miradas mutuas,captaban una serie de imagenes precisas, simplemente la mitad de être, la mitad no es, pero si está . Es cuestión que en la vida cotidiana, cada mirada es mirada. Y diez minutos de la nada, con un posible desconocido también. Ahora cuando se fuerza ese contacto es simplemten una pérdida sin sentido, sin pasión o cualquier otro sentimiento. El estímulo es i n e xistente por completo. Si nos ponemos como M.J. y le hablamos a R. irrealmente, surge miradas increibles, quien sabe ahora cuando los obligose.