28 de octubre de 2008

La intesidad, la enemiga (nunca se deja ver pero siempre está). El ambiente, a veces, invisible y tan chocante. Es como abrir los ojos abajo del agua que ves todo nublado, y sabes qué tenes que hacer, y no lo hacés, sólo para quedarte un rato más viendo borrozo (a ver si por casualidad se queda así, y aunque no valla a pasar, sólo 5 mi nu tos más!). Es que uno se involucra, leyendo, escribiendo, amando, escupiendo, mirando. Es eso lo que más nos deprime, que nos involucramos no queriendo hacerlo, sin embargo disfrutando de aquello y nos hacemos un juego con nosotros mismo casi-inevitable. Y la situación se nos va de las manos, y seguimos jugando, hasta perder del todo, hasta que ya nos queda la nada misma, hasta que terminamos consigo mismos. Y ahí es cuando paramos, cuando el "juego" no es "juego" sino ceniza. Algunos siguen corriendo, como si siguiera y aunque saben que ya está siguen y siguen y siguen.
lavie
triste
et
jolí
mais
lavie.

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Mis carnavales... (son canívales y amantes)