24 de septiembre de 2009

queasco.

Siempre tengo problemas con los relojes, una cosa muy molesta que a uno le dicen cuándo las cosas están en su exacto, y diganme quién quiere tal cosa, como si uno estuviera siempre atado a que el segundero avanze y uno, quieto y sin mosquiarse deja que se adelante y si bien parece todo igual, sereno y tranquilo, ya es otro instante al que lo embarga, con otros tiempos y uno, otra vez cambia ydeja de ser ese que fue. Es que parece todo igual, el clima seguirá siendo el mismo, los olores tendrás su distinción misma, los colores serás fuertes tal como lo fueron , las marañas de amoríos infames, nos seguirán enredando, aunque nuestra mirada cambiará. Es que todo parece, pero realmente es. Somos vos, yo, nuestro reloj pulcera: cambiamos, el tiempo cambia, nos hace cambiar, nos hace pensar, nos hace (tanto como des-hace). Y yo que sé, este invento es cualquier cosa, a veces se me adelanta, otras atrasa y me hace creer que dentro de cinco minutos, va a pasar algo que en realidá ya está pasando ahora y entonces, dentro de mi cabeza las horas van a destiempo; a veces corro por mi sinapsis, a veces me dejo caer, dormir más de lo que debería, a veces quizá todo empieza a cambiar ahí adentro y lo que antes eran neuronas ahora son la guerra, y miles de pensamientos se atacan.
Dios mío: hemos creado un monstruo.

Archivo del blog

Datos personales


Mis carnavales... (son canívales y amantes)