20 de noviembre de 2008

Querido: vengo a decirte que no sé que decirte. Las palabras antes empalagantes me son más que falsas esperanzas del olvido, esas palabras que ahora son tan amargas, claro, si fueran palabras. Quiero saber del por qué de tu evación, por qué de mi impotencia hacia el habla. Lo filosófico quedó también en el olvido, solo quería un poco de amor, un grito, un abrazo, alguien con quien compartir un malabareo, la vida en rosa y una chispa tuya espontánea con sus flanes y versos, o por lo menos una explicación.
Flo

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Mis carnavales... (son canívales y amantes)